Puesto que nos enfrentamos a un cambio climático global, existe la necesidad de desarrollar cultivares con mayor grado de tolerancia a diferentes tipos de estrés. Ello implica la necesidad de incorporar la evaluación de múltiples rasgos (‘traits’) fisiológicos que se relacionan con dichas tolerancias (intercambio gaseoso, potencial de hoja, potencial osmótico celular, fluorescencia modulada de la clorofila a, contenido de pigmentos y polifenoles, estabilidad de la membrana celular, composición isotópica del carbono y el oxígeno, contenido relativo de agua, etc.). En este Centro estudiamos cuales rasgos fisiológicos son determinantes de la adaptación de cultivos a estreses ambientales y que sean útiles para la selección de genotipos elites (pre-breeding).
La secuenciación del genoma se hace cada día más rutinaria, económica y rápida, sin embargo, para un correcto análisis e interpretación de la información es necesaria una adecuada caracterización fenotípica, presentándose aquí las mayores dificultades. Además de la ventaja asociada al entendimiento de la genómica, la información fenotípica es la clave del mejoramiento tradicional. Por el alto número de genotipos a evaluar, el tiempo y los costos que esto involucra, una profunda caracterización fenotípica del material se hace impracticable.
En la actualidad, existen equipos, técnicas y análisis no destructivos, que han demostrado ser de gran ayuda en la caracterización del fenotipo (Fenómica), dentro de las que destacan la espectroradiometría y la termografía. Producto de la evolución en el equipamiento, la tecnología al servicio de la fenómica está en pleno desarrollo y requiere de mayor investigación. La implementación de la fenómica en el mejoramiento de especies vegetales es escasa aún en cultivos anuales y es prácticamente nula en frutales.
Si bien en el Centro no nos dedicamos a estudios específicos de genómica, si la utilizamos como herramienta de caracterización genotípica de germoplasma de interés agrícola. La identificación de marcadores moleculares tipo SNPs mediante genotipado por secuenciación ha demostrado ser de gran utilidad para caracterización genotípica y para estudios de asociación fenotipo-marcadores moleculares. De esta manera podemos identificar regiones cromosómicas de interés y también genes relacionados con la tolerancia a estreses.
La adaptación de cultivos, y en especial de frutales, a un entorno de cambio climático global, exige que además de obtener altos rendimientos, se cumplan las exigencias de calidad que demandan los consumidores finales de estos productos.
La postcosecha de fruta fresca se ve influenciada por numerosos factores (clima, suelo, especie, variedad, fecha de cosecha, período y condición de almacenaje, etc). Así, dentro de una misma especie frutal, cada variedad presenta sus propios requerimientos en cuanto a tecnologías de conservación (temperatura, gases, embalajes, etc.), que maximizan su potencialidad de guarda. Además, durante la conservación se inducen y/o aparecen alteraciones que disminuyen la calidad visual e interna de la fruta.
La industria frutícola nacional se basa mayoritariamente en la exportación de productos en fresco, por lo tanto, es preponderante evaluar los efectos que las condiciones asociadas al cambio climático; así como las características de potenciales selecciones, generarán sobre el crecimiento y maduración de los frutos, en términos fisiológicos y de calidad, a cosecha y durante almacenaje y transporte hacia los mercados lejanos.
Adicionalmente hay que considerar que la concepción moderna de calidad ya no sólo incluye parámetros de madurez y condición (ausencia de defectos), sino que se ha incorporado fuertemente el componente nutricional y/o funcional; aspectos que serán abordados y evaluados en los estudios de selección de material genético tanto en pre como en postcosecha.